Queridos amigos.
Este fin de semana ha sido muy especial y quería compartir mis sentimientos con todos vosotros.
Ya hace unos meses que anuncié mi intención de competir en la Copa de España de Resistencia de Turismos (C.E.R.); muchos me animasteis y me disteis el calor suficiente para tirar para adelante.
El camino ha sido duro: buscar sponsors (imprescindibles) y un coche adaptado a las exigencias del campeonato no ha sido fácil, pero al fin este fin de semana tomé parte en la Tercera Carrera del C.E.R. que tuvo lugar en el Circuito de Albacete.
La aventura comenzó el viernes junto Antón (gracias compañero, sin ti este viaje no hubiera sido imposible) de EtxeAuto. Podría escribir un libro solo describiendo lo que sentía a los mandos de la furgona camino del circuito: nervios, ansiedad, miedo, ilusión, responsabilidad..., pero ahora es momento de pasar para adelante:
Ya es sábado y estoy en el box junto con mi mecánico Anton y R. Fernandez (piloto madrileño con el que compartí equipo), ... y no puedo respirar. Me ahogo... sufro una especie de parálisis presa de la emoción, quiero salir a pista y rodar y rodar... no sé si seré muy paquete, desconozco el nivel de los rivales, muchos con equipos semi-profesionales, necesito quemar gomas que es la única manera que conozco de tranquilizarme.
Semáforo verde ¡por fin! Calle de box... ya estoy rodando en un circuito profesional y empiezo a ser yo: se aplacan los nervios del estreno.
La primera tanda de clasificiación sufro problemas con la centralita electrónica, el coche se me para en algunos puntos del circuito. Otra vez los nervios.
Llego a box y descubro que todo el problema se reducía a encender la centralita antes que el motor y no al revés como había hecho. Asunto resuelto. Vuelvo a pista, ya hay mucho tráfico pero me siento piloto. Enseguida descubro que
al bólido le falta punta y potencia. Compito en la categoría D1, dispongo de 140 c.v. y mis rivales de unos 170c.v. Queda trabajo en el coche: no llego a usar la 5ª en la recta, necesito más potencia. En la zona virada, sin embargo, veo que el Ibiza se comporta como un campeón, voy ganando velocidad en cada curva y ganando metros a las frenadas.Marco mi mejor registro en 2min 06 seg, muy lejos de la cabeza; ya ha pasado lo peor.
Mi compañero sale a pista después y, pese a su experiencia, no mejora mis marcas. Ahora nos esperan dos carreras por delante, de un par de horas.
Primera carrera, sábado:
El tiempo de Roberto nos lleva a la última plaza de la parrilla y comienza él la carrera, como marcan las normas, con salida lanzada. Desde el pit
siento que vuelve a latir el corazón más deprisa y que sudo no solo por el calor. Los segundos pasan lentos, quiero que vuelen, que llegue la hora
del relevo... que al fin llega. Recogo el testigo en última posición, soy el 28 de la categoría D1... pasan las vueltas, cada vez me encuentro mejor...
no tengo velocidad punta, los bólidos de las categorías D2-D3-D4 me pasan por encima en la recta pues van a más de 250km/h cuando mi punta a penas
llega a 190km/h, y ni siquiera puedo competir con los D1 en recta. Consigo alcanzar a varios rivales del D1, pegarme a ellos en la zona virada y
esperar sus fallos presionando pues sé que en recta no hay forma... remonto hasta la posición 17 ganando 5 posiciones durante mi primer stint de carrera.
Al ver la bandera a cuadros descubro que soy el pibe más feliz del universo.
Segunda carrera, domingo:
Esta vez me toca largar a mí. Mi tiempo en clasificación me ha dejado 3 pilotos detrás. Hay salida lanzada, uno de ellos me pasa cuando rodamos tras el safety (parece que no quiere perder tiempo tras de mí en la recta ppal cuando se largue la carrera). Joder qué tensión, me hago notar para que vea que no me va a "robar" la posición... Se retira el S.C., última curva, me pongo paralelo a él y le paso por el interior... y a fondo... Llega la primera curva hay mele, lo veo bien, desde atrás, cojo el interior y gano 1, 2, 3... 4 posiciones ¡joder, ni mi mejor salida en rFactorNews! Estoy nervioso y soy feliz, se sale un rival, casi me atiza... lo veo venir.. lo esquivo... pufff, soy feliz. Sigo rodando, en la zona virada me dejo ver, digo: aquí sigo... en la recta se despegan de mi... van pasando las vueltas, me siento cada vez más agusto con mi Ibiza, sólo pienso en él y en el asfalto. Bajo mis cronos hasta 1:58,5 a 8 segundo de mi tiempo de ayer... He ganado unas cuantas posiciones, no sé cuantas, pero sé que voy pasando rivales pues no perdono ni uno solo de los fallos de los que llevo delante... hasta que llega la hora de ceder el bólido al compañero. Él tiene más problemas, algunas salidas y algún trompo... Cuando cae la bandera a cuadros somos los 13 de 28.
¡Joder que feliz soy!
Hemos rodado con solo dos juegos de neumáticos, unos usados, para todo el fin de semana (había equipos que usaban dos juegos nuevos en clasificiación y otro tanto en carrera).
Dos neumáticos están destrozados literalmente: se ve la malla interior, el acero no queda tapado ni por las miles de virutas de goma que recogen de la pista... no sé cual es mi límite pero sé que he dado todo lo que llevo dentro y que ¡soy feliz!
... gracias y... ¡continuará!
Este fin de semana ha sido muy especial y quería compartir mis sentimientos con todos vosotros.
Ya hace unos meses que anuncié mi intención de competir en la Copa de España de Resistencia de Turismos (C.E.R.); muchos me animasteis y me disteis el calor suficiente para tirar para adelante.
El camino ha sido duro: buscar sponsors (imprescindibles) y un coche adaptado a las exigencias del campeonato no ha sido fácil, pero al fin este fin de semana tomé parte en la Tercera Carrera del C.E.R. que tuvo lugar en el Circuito de Albacete.
La aventura comenzó el viernes junto Antón (gracias compañero, sin ti este viaje no hubiera sido imposible) de EtxeAuto. Podría escribir un libro solo describiendo lo que sentía a los mandos de la furgona camino del circuito: nervios, ansiedad, miedo, ilusión, responsabilidad..., pero ahora es momento de pasar para adelante:
Ya es sábado y estoy en el box junto con mi mecánico Anton y R. Fernandez (piloto madrileño con el que compartí equipo), ... y no puedo respirar. Me ahogo... sufro una especie de parálisis presa de la emoción, quiero salir a pista y rodar y rodar... no sé si seré muy paquete, desconozco el nivel de los rivales, muchos con equipos semi-profesionales, necesito quemar gomas que es la única manera que conozco de tranquilizarme.
Semáforo verde ¡por fin! Calle de box... ya estoy rodando en un circuito profesional y empiezo a ser yo: se aplacan los nervios del estreno.
La primera tanda de clasificiación sufro problemas con la centralita electrónica, el coche se me para en algunos puntos del circuito. Otra vez los nervios.
Llego a box y descubro que todo el problema se reducía a encender la centralita antes que el motor y no al revés como había hecho. Asunto resuelto. Vuelvo a pista, ya hay mucho tráfico pero me siento piloto. Enseguida descubro que
al bólido le falta punta y potencia. Compito en la categoría D1, dispongo de 140 c.v. y mis rivales de unos 170c.v. Queda trabajo en el coche: no llego a usar la 5ª en la recta, necesito más potencia. En la zona virada, sin embargo, veo que el Ibiza se comporta como un campeón, voy ganando velocidad en cada curva y ganando metros a las frenadas.Marco mi mejor registro en 2min 06 seg, muy lejos de la cabeza; ya ha pasado lo peor.
Mi compañero sale a pista después y, pese a su experiencia, no mejora mis marcas. Ahora nos esperan dos carreras por delante, de un par de horas.
Primera carrera, sábado:
El tiempo de Roberto nos lleva a la última plaza de la parrilla y comienza él la carrera, como marcan las normas, con salida lanzada. Desde el pit
siento que vuelve a latir el corazón más deprisa y que sudo no solo por el calor. Los segundos pasan lentos, quiero que vuelen, que llegue la hora
del relevo... que al fin llega. Recogo el testigo en última posición, soy el 28 de la categoría D1... pasan las vueltas, cada vez me encuentro mejor...
no tengo velocidad punta, los bólidos de las categorías D2-D3-D4 me pasan por encima en la recta pues van a más de 250km/h cuando mi punta a penas
llega a 190km/h, y ni siquiera puedo competir con los D1 en recta. Consigo alcanzar a varios rivales del D1, pegarme a ellos en la zona virada y
esperar sus fallos presionando pues sé que en recta no hay forma... remonto hasta la posición 17 ganando 5 posiciones durante mi primer stint de carrera.
Al ver la bandera a cuadros descubro que soy el pibe más feliz del universo.
Segunda carrera, domingo:
Esta vez me toca largar a mí. Mi tiempo en clasificación me ha dejado 3 pilotos detrás. Hay salida lanzada, uno de ellos me pasa cuando rodamos tras el safety (parece que no quiere perder tiempo tras de mí en la recta ppal cuando se largue la carrera). Joder qué tensión, me hago notar para que vea que no me va a "robar" la posición... Se retira el S.C., última curva, me pongo paralelo a él y le paso por el interior... y a fondo... Llega la primera curva hay mele, lo veo bien, desde atrás, cojo el interior y gano 1, 2, 3... 4 posiciones ¡joder, ni mi mejor salida en rFactorNews! Estoy nervioso y soy feliz, se sale un rival, casi me atiza... lo veo venir.. lo esquivo... pufff, soy feliz. Sigo rodando, en la zona virada me dejo ver, digo: aquí sigo... en la recta se despegan de mi... van pasando las vueltas, me siento cada vez más agusto con mi Ibiza, sólo pienso en él y en el asfalto. Bajo mis cronos hasta 1:58,5 a 8 segundo de mi tiempo de ayer... He ganado unas cuantas posiciones, no sé cuantas, pero sé que voy pasando rivales pues no perdono ni uno solo de los fallos de los que llevo delante... hasta que llega la hora de ceder el bólido al compañero. Él tiene más problemas, algunas salidas y algún trompo... Cuando cae la bandera a cuadros somos los 13 de 28.
¡Joder que feliz soy!
Hemos rodado con solo dos juegos de neumáticos, unos usados, para todo el fin de semana (había equipos que usaban dos juegos nuevos en clasificiación y otro tanto en carrera).
Dos neumáticos están destrozados literalmente: se ve la malla interior, el acero no queda tapado ni por las miles de virutas de goma que recogen de la pista... no sé cual es mi límite pero sé que he dado todo lo que llevo dentro y que ¡soy feliz!
... gracias y... ¡continuará!
